EL ÚLTIMO COPO DE NIEVE

Apenas encuentro aliciente en estos últimos meses para el saboreo emocional de algunos aspectos vitales. Son para mí, tiempos difíciles. Me esfuerzo pues a diario en positivar este universo que oscurece mi mente enferma.

Las noches se hacen largas, incluso imaginando que afuera, salvajes y certeros, caen los primeros copos de nieve del invierno.

Sueño entonces con un mundo perfecto, con un atajo de energía cósmica, con un canal divergente que me escupe a otras dimensiones donde todo es más banal, más empático por naturaleza.

Entre sueños, me revelo contra mí, y alzo el brazo acusador apuntando a todo aquello que me rodea.

En estos días anodinos, aparecen las primeras nieves regionales, con su sana costumbre del blanco puro, y enmudecen cualquier otra manifestación sea de la naturaleza que sea.

Se muestran a veces tímidas, a veces seguras y constantes, y acaparan inconscientes los rincones más recónditos. Todo lo mutan, ocultando sabiamente los colores bajo la más leve capa de cristal albino.

Todos parecemos rendidos a sus pies, sorprendidos o espantados, alucinados y atontados, como si jamás hubiéramos visto semejante espectáculo.

Poco a poco queremos recogernos en nuestros hogares, suspirar bajo mantas de angora, y quizás los más audaces, jugar a ser Dioses dando vida a difíciles y esperpénticos muñecos helados.

Las horas pasan lentas incomprensiblemente, alejadas de su tempo habitual. En estos días atardece más tarde, y la noche asusta.  Los pájaros no sisean antiguas canciones, y las aguas inertes dominan el amplio visual.

Los copos caen relajados, en perfecta armonía, con su perfecta estructura aurea manejando a su antojo nuestra vista cansada.

Atrapado en esta tristeza insólita camino en busca del último copo, del final de esta historia célebre, deseando amargamente que esta gota congelada se transforme en algo distinto, en algo más liviano.

No puedo ahora sonreír ni apagarme lentamente. No puedo llorar ni asomarme a la esperanza de un entorno amable.

Hoy solo puedo escribir  esta especie de blues  taciturno.

Mañana,…    Será otro día.

Un abrazo.

Toño Molero.

10NIEVE27022013

 

 

5 comentarios en “EL ÚLTIMO COPO DE NIEVE

  1. Parafraseando al clásico: «Melancolía que has venido para quedarte». Pasará el invierno y la primavera, llegará el verano y apenas seremos un recuerdo de estos tristes hálitos que nos roban los fríos.

    UN ABRAZO Y ARRIBA ESE ÁNIMO.

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  2. Busca la paz y la tranquilidad en la pureza y la blancura de la nieve. Nunca busques resguardo en el frio del invierno.

    Un abrazo acogedor desde Michigan.

    Fernando.

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