LA VICTORIA DE LA SOLEDAD

Me fijo vagamente en el entorno, y sobre todo en el tono verde amarillento que predomina sobre el resto, seguro que en una meditada táctica de crear un ambiente de calma esperanzadora, como los muros cúbicos que protegen los rincones salvajes de los mares, o como el mismísimo universo que se muestra con calma y armonía para que acaso comprendamos por lo menos su presencia.

Afuera, el tiempo se esconde, mostrando una luz a medias de nada, y no rugen las tormentas ni aúlla el viento. El contraste es tremendo, como si estas cristaleras sin gracia, llevaran ahora el filtro adecuado al momento.

Aquí, el silencio no existe, y el siseo constante de alguna máquina universal se entremezcla con el amplio movimiento humano que desempeña todo tipo de labores.

Las horas pasan lentas, pues tienen ese poder, y a veces no lo suficiente.

La gente entra y sale, unos en busca de algo en concreto, otros por rutina, y muchos de ellos por una cuestión vital y social al mismo tiempo.

Yo, sin embargo, contemplo todo esto desde una soledad que se aferra a una fácil victoria, pues este es su terreno. Y atrapado en estas cuatro paredes, a pesar del verde pálido y de los filtros cálidos que ya no engañan, me pregunto quién soy en realidad. Y entonces me veo solitario, asustado y desorientado,confuso y nervioso, y se con seguridad que en esta batalla épica se ha de producir la victoria de la soledad, pues este es su terreno, y aquí el alma se torna frágil.

A pesar de la gente que me rodea, del constante sonido de rutina, de una vida que bulle a mi alrededor, me contemplo vencido porque quizás así lo he decidido.

Los muros rugosos que me acogen en este vehemente refugio, saben bien de lo que hablo.

Estoy cansado, no sé si de esta soledad extraña o de este trozo baldío de vida.

Sería mejor volver al amparo de aquellas luces conocidas, de esos terrenos imaginados y tan marcados en mi mente.

Sería mejor regresar de esta soledad.

Un abrazo.

Toño Molero.

(Relato desde el hospital)

DSC_0336

 

 

2 comentarios en “LA VICTORIA DE LA SOLEDAD

  1. Frecuentemente la realidad tiene miles de caras. Lo normal es no ser capaz de ver más que una de ellas. Hay un lugar en el que estamos solos, pero sin duda hay otros en los que no lo estamos.
    Estarás cansado, confuso y decaído, pero no estás solo (si algo que decir al respecto tenemos).

    Me gusta

Deja un comentario